Article publicat a Catalunya Press el 19 de setembre de 2016
El gran impacto que tuvo “Internados: ensayos sobre la situación social de los enfermos mentales”, publicado en nuestro país en el año 1970 cuando ya se empezaban a alzar voces contra las horribles condiciones en las que se hallaban las personas que sufrían un trastorno mental y los déficits en la asistencia psiquiátrica continuó con las siguientes obras de Erving Goffman aunque estas fueran menos celebradas o conocidas. Es el caso de trabajos tan importantes como “La presentación de la persona en la vida cotidiana” y muy especialmente de “Estigma: la identidad deteriorada”.
El autor señala que la sociedad categoriza a las personas en base a determinados atributos y que frente a un extraño, las primeras apariencias nos permiten prever en qué categoría se halla y cuál es su «identidad social». En muchas ocasiones un determinado atributo que lo diferencie de los demás puede convertirlo en un sujeto de poco interés y muy frecuentemente rechazado. “Dejamos de verlo entonces como una persona total y corriente para reducirlo a un ser infectado y menospreciado. Un atributo de esa índole es un estigma, en especial cuando produce en los demás un descrédito amplio”.
Sería lógico pensar que desde la publicación de dicho texto hace alrededor de 40 años hasta nuestros días, deberían de haberse producido cambios sustanciales hacia una sociedad más igualitaria y menos segregadora. No parece que haya sido así y no puedo precisar si Goffman expresó en su texto tanto la dificultad de erradicar los estigmas como la, al parecer, tendencia de las sociedades a crear nuevos de modo que siempre hay personas y colectivos sujetos a esa consideración de apestado, peligroso y temible. Estos últimos adjetivos son especialmente aplicables en estos momentos de tan altos sentimientos de inseguridad, algunos interesadamente creados para recortar libertades, como ya señaló Bauman.
Hay un sinfín de ejemplos del lenguaje en la vida cotidiana así como en los medios de comunicación que refrendan y refuerzan las existencias del estigma. A continuación, algunos de ellos tomados en noticias y comentarios sobre las mismas producidas en este verano...
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José Leal Rubio és psicòleg clínic, psicoanalista, supervisor clínic i institucional en serveis de Salut Mental, Serveis Socials, Justícia Juvenil, etc. Ha estat President de la Comissió Deontològica del COPC, vicepresident de la Comissió d'Ètica en Salut Mental de la FCCSM, President actual de la Comissió d'Ètica i Legislació de la AEN (Associació Espanyola de Neuropsiquiatría), de la Junta Directiva de la qual ha estat vicepresident.
Coautor dels llibres "Violència i Salut Mental", "El Subjecte", "Continuïtat de cures i treball en xarxa en Salut Mental", "Equips i institucions de Salut Mental, salut mental d'Equips i Institucions", "La Infància i la Família", "Salut Mental i Serveis Socials: l'espai comunitari", "Noves mirades a l'educació infantil", "Instrument per a la valoració de la Competència Intercultural en l'Atenció en salut mental. Cap a l'equitat en salut."
Consultor del Programa Àgora de la Unió Europea a El Salvador sobre temes d'Adolescència i Violència i en els Serveis de Salut Mental de diverses Comunitats Autònomes. Professor en diversos màsters i postgraus a diverses Universitats. Actualment ocupat en l'estudi de l'ètica, els drets humans i els codis relacionals en els serveis que atenen a persones i en una possible formulació de les expressions clíniques i comportamentales del desemparament (migracions, persones sense llar, violències de gènere i sobre la infància, etc.) i maneres d'atenció.